EL LAGO DE YOJOA
El Lago de Yojoa es un lago de Honduras, Centroamérica, tiene una longitud de 16 km y un
ancho de 6 km, se encuentra localizado entre los
departamentos de Comayagua, Cortés y Santa Bárbara. El Lago de Yojoa se encuentra a
unos 184 kilómetros de Tegucigalpa, la capital de Honduras.
Turismo en el lago de Yojoa
Para los turistas el lugar ofrece múltiples opciones para pasar varios
días en la zona. En el lago de Yojoa hay muchos restaurantes, también varios
hoteles con habitaciones típicas del lugar, centros de recreación con piscinas,
y diversiones acuáticas, y zoológicos.
Como el Lago de Yojoa está entre San Pedro Sula y otras ciudades grandes
como Comayagua, Siguatepeque, Tegucigalpa, La Paz, y la zona sur de Honduras,
muchos de los viajeros que transitan entre estas ciudades grandes aprovecha el
lago para hacer un alto en el camino, apreciar el lago, y disfrutar del pescado
frito fresco recién pescado en diversos tamaños y de diversas especies entre
otras comidas que ofrecen; los restaurantes localizados a orillas del lago.
El Lago de Yojoa es muy conocido por
las ventas de pescado frito que hay en sus alrededores, pero
resulta interesante además navegar sus espejos de agua y explorar más allá de
sus límites para disfrutar de todo su esplendor.
El lado oeste del lago está
rodeado de montañas escarpadas y el Parque Nacional Santa Bárbara,
mientras que el lado este se encuentra junto al Parque Nacional Cerro Azul Meámbar. Para muchas de las personas
que viajan entre las ciudades de San Pedro Sula y Tegucigalpa, este depósito de
agua natural sirve como área de descanso y un mirador para apreciar una hermosa
vista mientras disfruta del pescado recién sacado de la sartén y otros
alimentos que son ofrecidos por los restaurantes que se encuentran a las
orillas.
Sin embargo, se ha hecho
muy popular también como destino turístico y de pesca por sus
sorprendentes paisajes y la variedad de sus especies. Su área circundante es
todo un paraíso en el que conviven cerca de 400 especies de aves y 800 especies
de plantas.
ASÍ SURGIÓ
El Lago de
Yojoa es un depósito natural de agua formado hace 120 millones de años, en un
lugar donde hubo una intensa actividad volcánica hace cinco millones de años,
que contribuyó a cerrar los desagües de los ríos.
A esta
conclusión han llegado los estudiosos porque el suelo tiene un color
anaranjado, que indica la presencia de hierro, componente importante para los
cultivadores de piña en las márgenes noroeste.
El enorme
remanso de aguas quietas se encuentra comprendido entre las montañas de Santa
Bárbara y el Cerro Azul Meambar, hoy parques nacionales donde su exuberante
vegetación es un imán para los amantes de la naturaleza. La combinación de
vegetación y abundancia de agua en la zona han generado una biodiversidad
difícil de igualar en el mundo.
Las costas y
riberas del lago ofrecen condiciones ideales para el cultivo del café, por lo
que existen múltiples fincas en la zona. Otra actividad que es propia de la
región es la venta de pescado crudo.
En esta cuenca
lacustre, a dos mil pies sobre las montañas, las especies de aves, entre ellas
el pato nativo Muscovy y café del árbol, abundan igualmente los cocodrilos; la
pesca del dormilón y guapote es muy popular.
Durante la
década de los años 70, el lago adquirió fama mundial por los enormes bancos de
peces “Black Bass” en sus aguas , pero esto generó que esta apetecida especie casi
fuera exterminada. Debido a ello grupos organizados locales han tenido que
regular la pesca.
ANTIGUOS POBLADORES
Aquí los viajeros pueden encontrar también restos de una gran
civilización precolombina que antecedió a la cultura maya: según se sospecha,
se trataría de la cultura lenca. El
parque Los Naranjos ubicado
en sus riberas es el lugar de visita obligada para quienes quieren seguir estos
rastros históricos.
Los turistas no sólo pueden dar una vuelta en lancha, sino que tendrán
la posibilidad de disfrutar de un sinfín de actividades recreativas como la
pesca y las caminatas, en medio de un increíble entorno natural en el Cerro Azul Meámbar.
Además, ofrece múltiples opciones para los visitantes,
que incluso pueden contemplar pasar varios días en sus contornos. Existen
varios hoteles, donde se puede disfrutar de confortables habitaciones,
excelentes restaurantes, piscinas, diversiones acuáticas, entre las que
destacan un paseo en catamarán o un miniyate.
En esta zona también se hayan ecosistemas de
alturas en los que se encuentran especies endémicas de animales para el país,
como el colibrí hondureño (Amazilia luciae). Además de las aves que son
atracción turística para el observador de pájaros, hay otros animales que
sirven de atractivo para mejorar la visita al Lago, tales como la nutria y los
monos que enriquecen la experiencia de cualquier turista en la región.
Puntos clave dentro de la cuenca del Lago para la
observación de aves son el sitio eco arqueológico Los Naranjos que se encuentra
localizado a escasos metros del poblado de Peña Blanca y la Isla Venado.
En el Lago es posible realizar turismo de aventura,
tales como: navegación por motor y vela, windsurfing, esquí acuático y
embarcaciones recreativas, debido a que los establecimientos turísticos
localizados en sus riberas cuentan con el equipo especializado requerido para
este fin. La pesca deportiva también es otra de las actividades que se
puede desarrollar en la zona, donde se pueden obtener excelentes ejemplares de
guapote y lobinas (black bass).
Dada la gran precipitación pluvial observada en la
zona, la exuberante vegetación se mantiene muy colorida, desde los más verdes
follajes hasta el intenso y contrastante tono de las bromelias que se dan en la
cuenca. El Promedio de visitantes mensuales que recibe la cuenca del Lago de
Yojoa es de aproximadamente entre 500 personas.
Dada la gran precipitación pluvial observada en la
zona, la exuberante vegetación se mantiene muy colorida, desde los más verdes
follajes hasta el intenso y contrastante tono de las bromelias que se dan en la
cuenca. El Promedio de visitantes mensuales que recibe la cuenca del Lago de
Yojoa es de aproximadamente entre 500 personas.
Uno de los aspectos de mayor
importancia para lograr el desarrollo turístico de la zona es la conservación
de las áreas restantes que representan los hábitat originales de la zona, como
por ejemplo la comunidad de jungla que es la que presenta mayor diversidad en
fauna, dotando a ésta de los requerimientos alimenticios sobre todo de los
ramoneadores, venado cola blanca (Odocoileus virginianus), venado rojo (Mazama
americana), chancho de monte (Tayassu tajacu) y para otra fauna como
chachas (Ortalis vetula), perdices y tucanes.
Uno de los atractivos principales en el
Lago de Yojoa es su alta diversidad de especies de avifauna, en el cual se
presenta la mayor concentración de especies dentro del país que como especies
individuales son dependientes de estos hábitats tales como el Clis clis (Falco
esparverius) y el Chipre de grace (Dendroica gracie).
El ecosistema de pantano
faunísticamente es uno de los más ricos de todos los que se encuentran en el
Lago. Mantiene una avifauna muy diversa como la garza blanca (Casmerodius
albus), gallito de agua (Gallinula chloropus), soldadito colorado (Laterallus
ruber) y ajoque (Aramus guarauna).
La zona del Lago de Yojoa es un sitio
único para la observación de aves, ya que allí se agrupan más de 370 especies
de aves de la cuales todas son de interés para los observadores de aves, pero
principalmente las endémicas del trópico, como el quetzal (Pharomachrus
mocinno), las auroras (Trogon sp.), tucanes (Ramphastus sp.)
y otras.
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